Pelusas

lunes, 16 de enero de 2012

Bajo la Luna... !Que bello es compartir sonrisas!


La noche parecía cálida, aun así habiendo frío. Se veía luminosa, aun así habiendo oscuridad. Cambiaron indescriptiblemente los colores de la luna, volviéndola cristal.

Las flores saludaban y festejaban los sabores del encanto de la noche. La brisa me cubría e invadía de esos besos suaves, junto a la música que brindaban las composiciones lentas del Jazz que me acababa de pasar un amigo al MP3. La cabeza me daba vueltas parecía que había caído en un profundo sueño que ni lo más terrorífico en el mundo creado por el hombre me podía atormentar y despertar de el… ¡Hay!, pero si parecía que por poco olvidaba esos ojos que desde el fondo de la habitación siempre me observaron. ¡Que descuido! Dios mío, ¡Que descuido! Haber ignorado su mirada mientras clavaba su corazón en mis ojos, pidiéndome a gritos una despedida eterna. Como si cada segundo fuese el último de nuestras vidas. El fuego de sus ojos me quemaba poco a poco hasta consumirme por completo en un repentino silencio. Caminando por un pasaje, camino a casa, sentía que me perseguían. Intentaba escapar de lo inevitable, ese latir que resonó hasta el pedacito más oculto de mi corazón…

Fui corriendo a su casa, daba pequeñas corridas y brincos de vez en cuando, llegando como siempre con la respiración desbordada al asomarme por la puerta de entrada. Y ella me abría. Y yo la saludaba con un gran e infaltable abrazo de amistad envuelta en ternura de algo más. Tan frágil fue el segundo que mi pecho se quebranto y una puntada lo atravesaba ahora más que nunca. Me invitó a pasar, y acepte. Pasando las horas después de una buena película y una exquisita once en su casa, llegaba la hora de partir. ¡Encamíname!- le dije con ojos bien atentos, parecía que mi corazón se asomó en estos, ya que su mirada despierta y ojos color caramelo profundo asintieron de inmediato, sin despegarlos de los míos. Caminábamos. Entre risitas, carcajadas y bellas sonrisas llego el momento, era tiempo de separar nuestros cuerpos pero entre un abrazo nuestros corazones ya se habían fusionado. Su cabello… que suave estaba, el aroma de su cuello ¡tan propio de esta mujer! Simplemente me fascinaba. Sostenida entre mis brazos ella estaba. Que bella es, pensaba ¡Que Bella!
Luego al darnos cuenta que era muy notorio el tiempo que duraba el abrazo, decidimos separarnos con un algo de nerviosismo - ¡pero por qué, si esto es solo una amistad muy bella!- decían nuestras mentes pero nuestros corazones reían de lo ciegas que estas estaban. Linda… que linda sonrisa tienes- decía mi corazón provocando que mi rostro se tiñera de rosa. Nuestros silencios clamaban a golpes en el pecho un abrazo más y último de la noche. Que eterno se hizo este. Ahí pude sentir lo que sentiste. ¡No, no, no! No fueron tus palabras, mujer, quienes me lo dijeron, habló tu corazón. Una media vuelta y un “hasta pronto…”.
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Absque Mortem / Sin muerte

canción de Jazz---->
http://www.youtube.com/watch?v=0y44_9lQ5Ms

2 comentarios:

  1. Wow.. es lo que hablabamos ayer. Imaginé cada cosa como si eso estuviese pasando en este momento. Bonitas palabras, llenas de sentimiento, sobre todo un amor interminable.
    Cariños.
    Moshé

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